Seguramente todos hemos tenido alguna vez una clase “desagradable”. Para este estudio, una clase desagradable es aquella que genera baja motivación en el estudiante, ya sea por factores vinculados a la enseñanza (el docente, el contenido, etc.) como a la situación contextual (cantidad de alumnos, espacio físico, etc.)
Un estudio realizado por Eric Anderman y Sungjun Won, del Departamento de Estudios Educacionales de la Universidad de Ohio, obtuvo interesantes conclusiones respecto de algunos “predictores de conductas de engaño académico” que intervienen en que los estudiantes hagan trampa en sus exámenes.
- El engaño se produce más frecuentemente en clases en las cuales el docente enfatiza el logro de buenas calificaciones, que en aquellas clases en que el docente enfatiza el dominio del contenido. Los estudiantes se sienten menos inclinados a recurrir a engaños cuando los objetivos son intrínsecos (aprender), y no solamente -o prioritariamente- extrínsecos (la calificación, el promedio, pasar un examen clave, etc.)
- El engaño se produce más frecuentemente en aulas numerosas que en aulas de población reducida. El 45% de los estudiantes señaló que las clases desagradables eran numerosas, de alrededor de 50 personas por curso.
- Las clases que el estudiante considera “desagradables”, aumentan la posibilidad de que recurra al engaño. Y esto es independiente de si el docente enfatiza las calificaciones o los contenidos.
- Los estudiantes con “Necesidad de sensación” asumirán el riesgo de engañar.El factor que mejor predijo si un estudiante engañaría a una clase que no le gustaba era un rasgo de personalidad: una alta necesidad de sensación, dijo Eric Anderman. Las personas con una alta necesidad de sensación son tomadores de riesgo: “Si te gusta correr riesgos y no te gusta la clase, puedes pensar ‘por qué no engañar’. No sientes que tienes tanto que perder”.
El abstract de la investigación dice: “La deshonestidad académica se produce a tasas alarmantes en la educación superior. En el presente estudio, se examinaron los predictores de conductas de engaño académico, y las creencias en la aceptabilidad de la trampa, en los cursos de aversión en dos grandes universidades, utilizando el modelo de ecuaciones estructurales. La maestría percibida y las estructuras extrínsecas de las metas estaban relacionadas con las creencias acerca de los comportamientos de engaño pero no de engaño. Las creencias en la aceptabilidad del engaño eran más probables ser endosadas en cursos de la matemáticas y de la ciencia. Los estudiantes universitarios eran más propensos a engañar ya creer en la aceptabilidad del engaño cuando reportaron una alta necesidad de sensación.” El artículo original, está publicado aquí http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10508422.2017.1373648, aunque sólo se puede acceder comprándolo.
Un artículo de divulgación, en inglés, aquí: https://news.osu.edu/news/2017/10/04/disliked-classes-cheating/