Criterios de progreso en el aprendizaje escolar

Como señalamos al hablar de las características del aprendizaje escolar, una de las características inherentes del aprendizaje en la escuela es que éste es evaluado. Esta necesidad de la evaluación puede justificarse de dos modos. Por un lado, la propia función social de la escuela, en tanto ente político que acredita la apropiación de ciertos saberes culturales por parte de los estudiantes, requiere que se pueda verificar que esos aprendizajes fueron efectivamente aprendidos. Por otro, la evaluación se justifica por razones pedagógicas, como dispositivo de regulación de la enseñanza a partir de los resultados de aprendizaje.

En ambos casos, resulta necesario contar con criterios que permitan medir el progreso que los estudiantes realizan en su aprendizaje. A lo largo de su desarrollo, la Psicología Educacional generó aportes teóricos que nos permiten establecer al menos tres criterios de progreso del aprendizaje:

1.    Descontextualización

Descontextualización, recontextualización, y transferencia son conceptos clave del campo de la Psicología Educacional ya casi con sus inicios. Podríamos sintetizar este criterio diciendo que el progreso en el aprendizaje se evidencia cuando el estudiante es capaz de utilizar, en un contexto diferente, un conocimiento adquirido en una situación concreta.

Las diferentes denominaciones señalan básicamente el mismo proceso, pero enfatizando aspectos diferentes del mismo. “Descontextualización” refiere a que, para que se considere aprendizaje, el estudiante debe abstraer el conocimiento que la escuela le presenta en ejemplos o situaciones concretas. Se vincula con las demandas cognitivas de desvinculación y formalización del pensamiento mencionadas más arriba. “Recontextualización”, en cambio, enfatiza en la capacidad de adaptar ese saber abstracto a una situación nueva. Se trata del mismo proceso, y las diferencias de conceptos solo señalan el énfasis en la abstracción o en su uso.

La transferencia de los aprendizajes, involucra las nociones anteriores, aunque también implica reconocer, en cada situación, elementos comunes a las ya conocidas, para a partir de ellos adecuar las respuestas. El concepto de transferencia es clave en los inicios del Conductismo de Thorndike, y surge de sus experimentos sobre Inteligencia Animal.

Con un significado claramente similar, en su obra clásica, «La escuela inteligente» (1992:18) David Perkins utiliza la expresión «conocimiento generador», y lo define como aquel que no se acumula sino que actúa, enriqueciendo la vida de las personas y ayudándolas a comprender el mundo y a intervenir en él. Se trata, en síntesis, de un conocimiento que puede retenerse, comprenderse y utilizarse activamente.

2.    Recodificación

La recodificación o reformulación, es un criterio de progreso que se vincula con la Psicología Cognitiva y especialmente con Ausubel y la Teoría del Aprendizaje Significativo. Consiste en sostener que el progreso en el aprendizaje se evidencia cuando el estudiante es capaz de expresar lo aprendido recurriendo a expresiones propias, el uso de ejemplos, la construcción de representaciones o modelos gráficos, la producción de metáforas, etc.

Podemos advertir que, en este caso, el criterio de progreso está basado en la comprensión y la memoria comprensiva, en oposición a la memoria mecánica o repetitiva.

3.    Autonomía progresiva del estudiante

El tercer criterio de progreso se fundamenta en la Teoría Sociohistórica de Lev Vigotsky, y el Aprendizaje por Descubrimiento, de Jerome Bruner. Este criterio considera que el progreso en el aprendizaje se evidencia cuando el estudiante es capaz de realizar, por sí solo, aquellas actividades para las que inicialmente requería la colaboración de alguien más apto.

Dos conceptos clave para entender este criterio, son los de “Zona de Desarrollo Próximo”, de Lev Vigotsky, y “Andamiaje”, de Jerome Bruner.

La Zona de desarrollo próximo (ZDP)

VIgotsky define a la ZDP como “La distancia entre el nivel real de desarrollo, determinada por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz”. Es decir, implica lo que somos capaz de hacer con la ayuda de otros. Agrega que todo lo que forma parte de la zona de desarrollo potencial, involucra conocimientos y habilidades que, en poco tiempo, el estudiante podrá realizar sin ayuda.

Esta formulación tiene varias implicancias interesantes, que podemos sintetizar del siguiente modo (Guzmán, 2007; Baquero, 2009):

  • El estudiante no aprende solamente del docente, sino también de los pares más capaces en un dominio específico. Por ello se enfatiza en las actividades colaborativas y cooperativas.
  • El estudiante no está en condiciones de aprender todo. Sólo podrá aprender aquello para lo cual está preparado y que forme parte de su ZDP
  • La enseñanza debería seguir el siguiente orden: Inicialmente, plantear retos alcanzables para el estudiante, que pueda realizar autónomamente; luego, proponer retos superiores pero dentro de la zona de desarrollo potencial que el estudiante irá logrando con ayuda de su docente y sus pares más capaces; por último, favorecer que el estudiante pueda realizar por sí mismo aquellas tareas para las que requirió ayuda.
  • Lo que hoy se realiza con ayuda, en un futuro se realizará de manera autónoma.

Cole y Means  (1986) y antes Cole y  Scribner (1977) desarrollaron el siguiente esquema, que ilustra las diferentes etapas de desarrollo de la autonomía del estudiante en el marco de la ZDP:

El andamiaje

El concepto fue formulado por Bruner para referirse al apoyo que realizan las personas expertas para facilitar los esfuerzos de un aprendiz.  (Wood, D.; Bruner, J. & Ross, G., 1976). El andamiaje consiste fundamentalmente en mediar el aprendizaje a través de símbolos (especialmente el lenguaje), o herramientas culturales (objetos físicos, tales como libros, mapas, videos, etc.)

El tipo de interacción entre enseñante y aprendiz (o entre novato y experto), debe contemplar que el novato participe desde el principio en una tarea compleja, aunque su participación inicial sea solo parcial o en aspectos puntuales. El responsable de realizar el andamiaje actúa como guía o modelo al inicio, pero progresivamente va dejando mayores responsabilidades al aprendiz, hasta lograr que éste sea capaz de realizar la tarea completa de manera autónoma.

El andamiaje es siempre ajustado (no brinda más, ni menos ayuda que la requiere el aprendiz), y temporal (no se extiende más de lo necesario, sino que se retira cuando deja de ser necesario.

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